Ir al contenido principal

Destrozo



Sé que mi risa es una meta y mi tristeza el camino,
sé que ambas volverán a partir el mundo de alguien en dos, 
pero ahora solo necesito cuidar de mí misma
y dejarme en las manos del tiempo que me acompaña siempre.
-Elvira Sastre


sí, no pensaste mal, voy a destrozarte

voy a tomar cada pedazo de tu recuerdo
y a romperlo en pedazos
para amurarlo a la pared
y así exprimir cada gota de arte
que me ayude a cicatrizar 
y voy a escribir
todo lo que necesite escribir

y te advierto, mi amor, 
que si tengo que llenar 
cuadernos y cuadernos
con poemas en los que 
no hagas más que aparecer
no voy a dudarlo un segundo
porque te quise
en un pretérito mentiroso
que va a extenderse por mis días
como la profundidad del sonido de un piano
que alguien toca en un salón vacío

y sé que te gustaría que escribiera
cuando no me siento mal,
o que, aún así, 
me esforzara en escribir bonito,
pero nunca entendiste 
que ese es el secreto de mi poesía:
nunca suena tan bien 
como cuando las lágrimas 
empapan las palabras

ese fue tu error,
no poder descifrar el alivio
detrás de oraciones duras
y de palabras complicadas;
me río pensando 
en que solo dijiste 
que estaba bien escrito

y escribo esto 
porque quiero decirte todas las cosas
que no tuve el valor soltar
porque no mereces que te mienta
y siga besándote el recuerdo
así como yo no merecía esa caricia en la mejilla
mientras no miraba en tu dirección
cuando ya me habías desalojado de tu corazón
sin avisarme

voy a destrozar cada parte de vos
que haga sentir que algo dentro de mí se retuerce
y que me llene los ojos de lágrimas;
y ojalá, de verdad ojalá,
espero que este poema 
te llene los ojos de lágrimas
y te haga recordar por qué era que valía la pena
decirme que me amabas 
sin mentir.






Comentarios

Entradas populares de este blog

fotos (o una taza de café)

Tengo una foto tuya guardada en mi lata de recortes y cosas que despegué de la pared, pero no quiero tirar. Es una foto hermosa, de las más lindas que saqué. Estás posando con cara de incomodidad; la misma expresión que ponías cada vez que te sacaba una foto. Y es que yo sé que no te gustaba, pero había algo en mi forma de hablarte que hacía que, al final, después de revolear los ojos, te quedaras quieta y me dejaras inmortalizarte con un click. Así como esta tengo varias capturas de otros momentos. Una de ellas es la foto esa que te saqué en el plaza yendo a ver a Clari, con mi vestido de calaveras y mi sombrero puesto; esa siempre me gustó mucho porque tenías el pelo de un azul eléctrico súper brillante y te estabas riendo con una mano en la cara por un chiste que te acababa de hacer. Me enorgullecía bastante de haber sido capaz de arrancarte una carcajada en el momento justo; y esa parecía ser mi especialidad porque la mayor parte de nuestras fotos son así: yo haciendo una payasa

hogar

en días como este entiendo por qué la gente se va de esta ciudad de mierda. entiendo la soledad y el sentimiento de abandono. como si no importara cuántos años pasen la plata nunca te hiciera sentir bienvenidx. me parece hasta berreta lo linda que es en ese intento inútil de impregnarse en tu memoria. como si se diera cuenta de que ninguna estación le sienta del todo mal. en la configuración de mi mente, la plata consiste en un hogar transitorio para todx aquellx que la pise. soy platense de nacimiento y esta ciudad de calles numeradas y grandes arboledas dejó de pertenecerme hace un tiempo. ese el es el problema de escoger a las personas como hogar en lugar del espacio físico en el que naciste: si dejan de existir en tu vida comenzas a vagar por el mundo sin tener realmente a dónde pertenecer.
me costó bastante tiempo aceptar mis propias disculpas. fueron varias tardes buscando lo que creía que me faltaba en el silencio del sol sobre mi piel. y me quemaba un montón. me mordía los labios hasta sangrar antes de aceptar colgarme al cuello algo que no fuera el peso de la responsabilidad por la explosión que me había dejado en pedazos. no podía hablarme en otro tono que no fuera alto y distorsionado, repitiendo el mismo discurso en loop como si nunca hubiese conocido otras palabras. sabés que todo esto es culpa tuya. vos y tu puta manía de arruinar absolutamente todo lo que tenés entre tus manos. no te das cuenta de que sos una carga para todo el mundo. por qué no hacés las cosas bien de una vez. y hubo días en los que un remolino interior apenas me dejaba escuchar nada más que la música que salía de los auriculares. razón por la cual reproducía canciones ruidosas que sonaran más fuerte que todo lo demás. solo quería descansar. quería dejar de sentir que cada minuto del