cuando todo oscurece es el momento justo para atrapar los recuerdos que quieren escurrirse de nuestras manos las aguas de nuestra memoria con su corriente tempestuosa comienzan a funcionar con el ritmo de la noche, el movimiento se apacigua y un tono dorado tiñe los momentos que ya no están el atardecer trae consigo una forma distinta de evocar las cosas; en la inmensidad de ese fuego que abrasa el cielo nuestra mente abre una ruta en la que los recuerdos tristes dejan una estela de colores brillantes la última vez que se abrazaron aparece frente a tus ojos cubierta por un velo color pastel y el dolor se anestesia con la perfección del presente los meses se evaporan y, de repente, acá estás para mirarme a los ojos otra vez y me cuesta no creer que sea real pero, así como así, la oscuridad total hace acto de presencia y, de un portazo, la distancia temporo-espacial nos separa otra vez las e...